viernes, 25 de noviembre de 2011

Y es que hoy Mecano es protagonista.

Perdido en mi habitación...
Una mota de polvo se deslizaba a lo largo del salón y aparentemente, su vida parecía que no se resumía en aparecer y desaparecer .En principio la llamaban despectivamente pelusa y se arrinconaba en un rincón, junto a un inmenso mueble. Otras veces, de forma fiera y cuando no veía escobas por la costa aparecía como Quijotes ante Molinos o como ratones ante elefantes. Se llenaba de fiereza, rugía y se enfrentaba ante lo predeterminado.
...sin saber qué hacer...
El silencio me susurra al oído de nuevo. Apuntes y libros se amotinan sobre mi mesa y un insípido café deja su aroma al rubor de la madrugada. Abro el periódico y entre falsos abrazos, fusiles en mano, jolgorios y fiesta veo la verdad. La imprenta esa vez, le había jugado una mala pasada a Gutemberg. Rayas y espacios, fluidos de tinta, espirales, óvalos, aquella línea era infinita. El azar rompía con la armonía y por fin el edificio de la regularidad, de la triangularidad, de la homogeneidad se convertía en dadá. Dado el dado, el dado rodó.
...se me escapa el tiempo.
Los recursos se escapan, el sueño hace mella. El subconsiciente ya no es más que un claro dominador de mi mente y aunque quiera o no quiera, poco a poco voy abandonando a esa realidad que no se si soy yo o solamente son mis dedos. La cabeza ya me duele, mi ojo quiere interiorizar. Romper con lo que la máscara me ofrece es duro y a la vez cansado. Quiero descansar, quiero dormir. ¡No!. Necesito leer. El príncipe, Divina Comedia, McLuhan, Moles, Lasswell, Lazarsfeld, Guerra Justa, llover, gravedad, tenue luz, borroso.
Duermevela.

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