sábado, 21 de abril de 2012

Esas viñetas periodísticas

Cuando los espejos cóncavos deforman a España y ni los propios ciudadanos quieren verse reflejados en tan grotescos escenarios, siempre habrá un elemento, un personaje fuera de la realidad. Este personaje, sin embargo y a diferencia del resto de la sociedad que lo rodea, tiene la capacidad o  el sexto sentido de analizar de forma crítica lo que ve sin la ayuda de los espejos de Valle-Inclán. Solo le hace falta un lápiz y un papel, nada más. En ocasiones, solamente aguafuerte y una plancha de metal. La sátira es así. Simple, ingeniosa y acompañada de la mano un individuo capaz de alejarse de los cánones estéticos entre los que se mueve.

En la Real Academia de las Artes de San Fernando, en la calle Alcalá, a partir del pasado día 18, dos de estos individuos estarán reunidos dentro de una misma sala hasta junio de este año. El pasado y el presente. La ufana realidad de la Ilustración española y de la revolucionaria Transición  bajo la genialidad de Francisco de Goya y de Andrés Rábago respectivamente. La exposición, que está dedicada en principio a Rábago, permite la  inevitable comparación entre dos grandes genios de la sátira nacional.

El Roto es el seudónimo por el que conocen en la actualidad a Andrés Rábago (Madrid, 1947). Este señor tiene la costumbre de aparecer en blanco y negro. Le gusta buscar los recovecos del lenguaje burocrático y descubrir, entre líneas, los secretos de nuestros dirigentes. No es muy elocuente, no le gusta hablar. Pero, no obstante, sus escasas palabras están cargadas de un fuerte doble significado.

El Roto, sin embargo, tuvo un maestro. Era extraño, onírico, y crítico como nadie. Lo llamaban OPS, pero mantenía ese vínculo con Rábago. OPS dibujaba a la vez que dialogaba con su subconsciente. A primera vista, sus obras parecen  herederas directas del arte surrealista de Dalí o del arte dadaísta. O eso es lo que me parecían al entrar en la exposición. Estos grabados, registrados en periódicos de los años 60 y 70 como La Codorniz o Triunfo y enmarcados dentro de un contexto histórico difícil, critican de la forma más sutil posible una sociedad enrarecida y perdida en un bosque repleto de posibilidades de futuro. 

Goya, por su parte, sigue ahí, al final del pasillo, como avisándonos de que pase lo que pase, él será siempre la piedra angular española de este proyecto satírico. Sus planchas, hechas a mano por el propio Goya, muestran la eternidad de la copia y la exclusividad del incunable. Ese negativo fotográfico que nos decían nuestras madres que no tocásemos. Lo frágil y lo inmortal tras un cristal y una iluminación.

Entrar en la exposición es encontrarse inevitablemente con una  serie de obras caricaturizantes de la sociedad tan simpáticas como inquietantes. Unas imágenes que nos trasladan al recogimiento y a la reflexión. La Ría. Así se llama una de ellas, y es de OPS. Consta de seis dibujos y en ellos se puede observar como un individuo, frente a un pasillo, es absorbido por la ciudad en la que vive. Un genial símil que quiere reflejar la infinita tendencia de caer en la masa. La dichosa cualidad humana de intentar ser invisible.  Lo grotesco y lo satírico se une. Rábago tiene esa capacidad, y más si es la época OPS. 

No voy a recomendar a nadie que visite esta exposición. La bipolaridad de sensaciones siempre va a estar ahí y la indiferencia llama más de una vez a la puerta. Solamente os otorgo mi testimonio, mi reflexión de una pequeña exposición donde la burocracia está empalada de boca a ano y viceversa. 

sábado, 14 de abril de 2012

El incierto prestigio de un autor

Miró, Dalí o Max Ernst jamás podrían pensar que muchos de sus cuadros iban a ser superados económicamente con tanta rapidez por las obras de un artista inglés nacido a mediados de los años sesenta.  Éste es Damien Hirst. A Damien Hirst se le ha considerado uno de los integrantes de los Young British Artist, siendo el más prolífico de todos ellos. Sus obras, controvertidas y polémicas han ocupado páginas de crítica y crónica en revistas como TIME o periódicos como The Economist, El País o Le Monde.

Siempre se le ha caracterizado como un artista capaz de atraer focos, cámaras, micrófonos y demás artilugios creados para un fin mediático. Ahora con los Juegos Olímpicos que se van a celebrar en su país, no podía desaprovechar tal oportunidad y ha vuelto a situarse en el punto de mira de todas las secciones de cultura del mundo. El comité de organización de los JJ.OO de Londres 2012, con la intención de amenizar dicho acontecimiento ha decidido crear distintos eventos culturales, entre los que destaca, la exposición que Hirst muestra al público por la económica cifra de 15 libras.

Al Tate Modern de Londres (lugar donde se expone la obra de Damien Hirst) han llegado casi todas sus obras. Algunas más vistosas, otras más espectaculares pero todas cargadas de ese contexto tan difícil y polémico que las rodea. Los curiosos amantes del arte que se aproximen por el Tate Modern se encontrarán desde un tiburón a una calavera recubierta de diamantes, que les transmitirán la inseguridad y el miedo a la muerte que intenta focalizar el autor británico. Sin embargo, estas dos obras tienen otra historia, una intrahistoria. Tras una urna de cristal gigantesca y rellena de formol está situado un impresionante tiburón tigre. Este tiburón, que representa al miedo fosilizado del inconsciente colectivo, fue comprado por 14 millones de euros. La calavera, por su parte, se trata de un cráneo humano vestido de diamantes y que fue  comprada por 75 millones de euros. Esto hizo hace unos años de Damien Hirst un seguro patrimonial y una inversión rentable y segura de cara al futuro. Sus obras se revaloraban y los precios de salida en las subastas de todo el mundo partían desde cifras que alcanzaban los seis ceros.

Sin embargo, los precios de salida, en la actualidad, reflejan el estancamiento de este autor. De las cifras millonarias, dichos precios han caído a los casi 40.000 euros. Ya hay algunos que catalogan sus obras como unas auténticas "inversiones subprime" y las críticas se han cebado con el hombre que ostenta el título de autor vivo más caro. La compra de sus obras se ha desplomado a causa de las distintas críticas y a la reducción de galerías de arte que demandan sus servicios. Agarrarse a un clavo ardiendo es lo que le queda a Damien Hirst y si la ayuda proviene de una de las galerías de arte más importantes del mundo, sus brazos siempre estarán abiertos. El Tate Modern y los Juegos Olímpicos con esta exposición le han dado un capotazo a Hirst con el objetivo de poner a este autor otra vez entre la élite del arte mundial. El desenlace de una faena que intenta enderezar un barco que parecía hundido. No obstante, el futuro es incierto y el prestigio de Damien Hirst cuelga de un finísimo hilo.

viernes, 13 de abril de 2012

La verde y blanca realidad

Fado porque se fue por el río. Fado, porque se fue con la sombra. 

Aquel año, todo paró cuando el corazón de Carlos Cano dejó de latir. El sentir de Andalucía se quedó en sus canciones y la pasión de la Andalucía libre voló por la vega de Granada. Hastiado del caciquismo crónico de su eterna tierra, rompió con las cadenas de la vida y se sumergió en una tierra a la que le debía todo. 

Cantautor de profesión y poeta de vocación, Carlos no dejó de pensar en una utopía a la que siempre se quería acercar lo más posible. Siempre fue un alienado con la cultura popular andaluza y un firme defensor del ¡Andaluces levantaos! de Infante. Sus letras reflejaban esa voz del pueblo trabajador, una voz que quedaba sumida ante los envites de los nuevos señoritos y ante la oscura melancolía del verbo emigrar.

Hoy, tras más de una década sin poder escuchar la fuerza desmedida de los acordes de su guitarra, Andalucía sigue siendo lo que fue siempre. Los olivos, el trigo o el arroz aún inundan los grandes páramos, llanuras y montes de nuestra tierra. El trabajo pasa por las manos de unos pocos y el clientelismo y el colegueo hacen de la igualdad de oportunidades un ideal de escaparate. Ahora la libertad existe, pero cae en nuestros ojos por medio de discursos burocráticos que emite cual NODO la televisión de todos los andaluces.

Ya no es raro que la palabra cachondeo suene ante las fachadas blancas de los pueblos de Andalucía. Miles de trabajadores andan sumidos entre la puerta del bar y la cola de la oficina de empleo buscando una solución concreta para su subsistencia y la de toda su familia. La única salida es la economía sumergida y los cuatro trabajos que hacen al vecino de al lado. Mientras, en los ayuntamientos se miran los derechos y las libertades de los ciudadanos desde el sillón de un despacho. Allí, el concejal o el alcalde de turno espera que toquen a la puerta inmobilarias y amigos para "crear empleo". La honestidad es un valor y hay que mirar por el pueblo trabajador.

Carlos Cano murió también pensando en la cultura. Tras hacerlo hijo predilecto a título póstumo, Andalucía pensó en él, y cómo no, en las nuevas tecnologías, otro de los grandes pilares de la Andalucía del futuro.  La cultura es un ideal imposible y si pasa por la pantalla de un ordenador, mejor. De este modo, la educación pasa a ser una educación de calidad y los estudiantes podrán seguir trabajando a base de pico, pala y sudor.   

Los emigrantes ya no volverán, Andalucía se ha convertido en lastre de cara al futuro y la esperanza andaluza es un arma capaz de hundirte al intentar echar el vuelo. Europa y parte de España tienen oportunidades que Andalucía no sabe o no quiere alcanzar y los andaluces, en busca de prestigio, formación y ganas de vivir tienen que andar. 

Las panderetas se han alzado en revolución en la corte andaluza y el maniqueísmo caciquil crónico ha podido manejarlas. Desesperanza e impotencia son las palabras que ondean junto a la blanquiverde.

lunes, 9 de abril de 2012

La solución de Grass ante la situación de crisis.

Hablar por hablar, decir por decir. En un contexto concreto, una palabra, una declaración de intenciones, puede incendiar más de lo que puede hacer cualquier bombardeo de la Legión Cóndor. Y más si ese escrito o declaración proviene de la pluma de un premio Nobel de Literatura. Ayer, el escritor y Nobel de Literatura alemán Günter Grass quiso, directa o indirectamente, encender la mecha de un incendio de polémica que ha inundado a los medios de comunicación del mundo entero. Todo esto se produjo cuando Grass publicó un poema en el que declara que existe una necesidad de que Alemania abandone la Unión Europea y de que se expulsen a los inmigrantes de dicho país.

El poema titulado "Lo que hay que decir" ha llegado hasta las grandes cúpulas del poder internacional y ha desatado un reguero de posiciones en contra y a favor. La primera y seguramente la más impactante de las repercusiones fue la de Israel. El país judío catalogó a Günter Grass como "persona non grata" e imposibilitó la llegada de dicha persona al país por decir que Israel es una potencia capaz de alterar la quebradiza paz mundial. Por otra parte, el líder de la extrema derecha alemana, ha declarado que con este poema, Günter Grass ha roto unos tabúes que en Alemania se han instaurado tras el genocidio nazi. 

Grass, de 84 años de edad,  posteriormente ha declarado que su poema tenía algunas partes que eran bastante fuertes. No obstante, por lo que parece, no se contrae. En sus apenas sesenta y nueve versos, el escritor también ha intentado comparar a Irán, un país que niega el genocidio, e Israel, el país con la población más afectada por dicho genocidio. 

Es verdad que a Alemania no le gusta hablar mucho de este tema (se llega en algunas ocasiones casi a la censura) por la vergüenza que supone de cara a la opinión pública internacional, pero ello no justifica que en solitarios casos se invite al etnocentrismo o a la repulsa de cierta cultura. Un estado multicultural es sinónimo de un Estado rico y atractivo al turismo. Además, la afluencia de extranjeros, siempre y cuando exista una regulación, ayuda a hacer de un Estado garantizado de un relevo generacional. Si, puede que existan rencillas entre individuos, pero eso es otra cosa. Ahí solo cabe la educación y los valores éticos de la sociedad estatal. Es impensable desterrar familias con dos o tres generaciones viviendo en cierto país por tal de pertenecer a cierta ideología, religión o raza. El extranjero es un seguro, y la existencia de múltiples culturas, una garantía de futuro.

Sin embargo, el aval del experto es una amenaza, y si ese experto es Günter Grass, un literato con prestigio reconocido por todo el mundo y por Alemania, los focos de apoyos a sus dictámenes o proposiciones van a multiplicarse. Frente a esta situación solo cabe la oposición de la comunidad internacional entera. Si, quizás Grass no fuese con esa intención, pero las apariencias permanecen. Y aunque éstas engañen, cuando el traje del emperador es tan impactante la gente se lo cree y el doble sentido se autodestruye. 


sábado, 7 de abril de 2012

La voz de Jimi Hendrix.

Abril parece que, en los últimos años, no es un mes propicio para el mundo del rock. Como ya todos sabemos, el grunge hace dieciocho años lloró la muerte de su líder, Kurt Cobain. Aquel cinco de abril tendría el futuro asegurado y a partir de esa fecha todos los años, se recordaría al cantante de Nirvana y a su música. Sin embargo, ayer murió otro maestro, un hombre que siempre estará detrás de la primera guitarra, alguien sin el que Jimi Hendrix o Eric Clapton no hubiesen sonado de la misma forma. Ayer falleció Jim Marshall.

Hablar de amplificadores es hablar de este personaje y cuando llega la situación de hablar de personajes como Jim Marshall es inevitable hablar de amplificadores. Nacido en Londres, vivió en su ciudad natal los cambios en la música que se originaron a lo largo de los años cincuenta y sesenta. Aunque en su juventud empezó a dar clases de batería y a ayudar a gente que comenzaba a hacer sus pinitos en esto de la música, pronto llegaría a convertirse en uno de los pioneros de la música eléctrica. Sirviéndole de ayuda la tienda de música que tenía abierta en el barrio londinense de Hanwell, Jim comenzaría a codearse entre grupos ingleses emergentes como, por ejemplo, The Who. Esto a largo plazo le daría fama mundial para finalmente, convertirse en una marca reconocida por el rock.

Marshall Amplification sería creada en 1962 por el propio Jim que, junto a la ayuda de Dudley Craven, un electrónico con apenas dieciocho años, produciría los amplificadores más potentes del mercado. Su primer amplificador fue elaborado artesanalmente por Jim  y  por un ingeniero en 1960, sin embargo, aún seguiriá imitando los planos de los amplificadores marca Fender. No sería hasta la fundación de la citada Marshall Amplification  cuando Jim y su empresa sobrepasen la barrera de los 100W de potencia en sus amplificadores. Progresivamente, y avalado por ser la marca con los amplificadores más potentes y que más "ruido" hacían, la marca lanzaría al mercado sus amplis Volume Master y los amplificadores JCM800 (famoso en el hard rock), JCM900  y JCM2000.

Jim Marshall se ha convertido, y más con su muerte, en una de las leyendas inmortales de la música actual. Una figura que no solo sirve para evocar a sus irrepetibles productos amplificados sino también para tomarla como un ejemplo de superación. Un emprendedor que no se agobiaba por sacar su futuro adelante y que vivía el presente trabajando en una afición que no acepta demoras. El Steve Jobs de la música.


sábado, 17 de marzo de 2012

Tardes de la mano de Clint Eastwood

Solo, en una habitación. Está anocheciendo y el más ínfimo destello de luz te achicharra los ojos. No obstante, pones la televisión, eliges un canal, y te pones a pulsar el botón del mando a distancia intentando conseguir una distracción de tu conciencia, ese tipo de distracción que la deja drogada y hundida en el más profundo de los sueños. Mi tarde hoy se preveía así. Estaba vago, cansado de andar por mi piso y de estar acostado en la cama.
   
Sin embargo, ha sido curiosa. El viernes saqué una película, dos concretamente, y las dejé en la mesa del salón. Una mesa baja, de no más de setenta centímetros de alta, típica para poner los pies sobre ella. Hoy, cuando iba a dejar el dichoso mando y sus dichosos botones sobre la mesa, debajo de una bolsa, la he visto. Estaba como un juguete roto, apartada y deseosa a que un par de ojos se dignasen a verla. Yo, por mi parte, la veía ahí, desolada y pensando en que tenía que entregarla el miércoles. En ese instante, decidí levantarme, encender el DVD y sentarme a, como hacía con la televisión, pasar la tarde. La película tenía un nombre inglés, Mystic River, y su director me sonaba de más. Era Clint Eastwood, un tío bueno en westerns y cabrón como sí solo en campos de reclutamiento.

Eastwood era y es uno de mis actores y directores favoritos, pero hasta el momento solo había visto películas en las que aparecía como actor. No sé si se trataba de la expresión de su cara o de esa voz de auténtico hijo de perra que le pone Constantino Romero, pero yo seguía en mis quince y continuaba con estas películas. Hoy sé tras ver Mystic River que, como director o guionista, no hace falta ni el más mínimo cameo de Clint Eastwood para que una película suya siga siendo un impresionante y genial largometraje.


Estrenada en 2003, Mystic River se trata de un thriller ambientado en la ciudad estadounidense de Boston. Allí, tres chicos juegan al hockey como cualquier tarde. Sin embargo un coche, un poli y una superficie de cemento cambiarán sus vidas hasta extremos dignos de novelas de Dennis Lehane. Clint Eastwood  toma en esta película a la sociología como bandera y pone en encrucijadas a aspectos tan independientes como pueden ser la amistad, la traición, la confianza y sobre todo la familia. La infancia se convierte en un legajo de la vida arrebatado, mientras que la lucha por la supervivencia hace de ésta un tiempo monótono, desesperanzado y hastío.

Que la conciencia sea algo por lo que nos dejemos  guiar porque se trata de lo más empírico, visual o real no debe ser más que un mero trámite. Todos tenemos historia. Sucesos que van moldeando  nuestro cuerpo, nuestra psicología  y nuestra forma de actuar en cada segundo de nuestras vidas. Esta película así lo muestra. En el más profundo de los abismos de nuestro cerebro, en la parte sumergida del iceberg de Freud,  aún existen impulsos nerviosos que alteran lo que la conciencia pretende que deseemos, provocando cortocircuitos que hacen de la terapia natural de un dolor, una nueva situación más compleja y de mayor magnitud catastrófica. 

Solamente me falta por decir que veáis esta película. Nada más.

martes, 13 de marzo de 2012

Mientras siga.

Acababa de leer mi preámbulo cuando rompiste en trozos la carta de presentación. En tu universo el orden no existe. Son trozos de polvo que chocan, se unen y al abrirse conciben algo parecido a besos que saben a sal. La excepción se convierte en tu identidad mientras que la lluvia, como elemento que precipita, moja los párpados y se evapora. Ya sé que es muy dificil interpretarlo, pero mi silencio no es más que un grito desesperado que intenta alcanzar a tu olor. La complejidad y ambigüedad de las palabras, por su parte, un mero trámite para esconderme detrás de la cobardía.

Un infinito negro y sin horizonte se abre en mi camino y no sé que dirección escoger. Mi argumento sucumbe al tuyo y te sigo. Parece que todo va bien. No obstante, en un breve instante, pienso, reflexiono. Guiarme parece que no es lo tuyo y ser yo el guiado, una cualidad que se me ha atribuido sin ser para nada innata. A veces las sombras caen sobre tu espalda y me ciego. Me ciego hasta tal punto que los barrancos se abren a mi lado y la pared blanca de cal inunda mi visión.

La limitada paradoja sobre paradojas e hipocresías,  sin embargo, ha facilitado que todas las vocales y consonantes de nuestro vocabulario queden unidas. Tu actitud me ha abierto la mente, conozco nuevas líneas, nuevas directrices en un mundo donde hasta ahora y sin ti solo existían dogmas.

lunes, 12 de marzo de 2012

Un olvido imposible

Enérgico, aguerrido, innovador y sobre todo granadino. Así era don Enrique. El cantaor del famoso barrio del Albaicín, se ha convertido en una grandes leyendas del flamenco, así como en uno de los artistas más controvertidos entre el flamenco ortodoxo junto a autores como el gaditano Camarón de la Isla.


Considerado como uno de los renovadores del cante flamenco, Morente acercó estilos tan antagónicos como el blues, el jazz o incluso el rock a una música que era totalmente cerrada hasta finales de los años setenta del pasado siglo. Así mientras en su disco Lorca, acerca el jazz a un flamenco distorsionado, flexibilizado y siempre líquido; en un ataque de valentía y de coraje crea en 1996 junto a Lagartija Nick, Cañizares, Tomatito y Estrella Morente (tomando la alternativa) el disco Omega, que marcaría un hito en la música española y una frontera entre la visión ortodoxa y la visión heterodoxa del flamenco en concreto, y del folkclore español en general. Un álbum que recogería y fusionaría los sonidos rock e indie de Lagartija Nick con los quejidos y la voz rota de Enrique Morente.


A fecha de hoy, y tras un año sin el maestro Enrique, Lagartija Nick y el también grupo granadino Los Planetas  han querido rendir un tributo especial a la obra del genial Morente. Con colaboraciones de otras artistas actuales del flamenco como Carmen Linares y cercanos al artista como su hija Soleá Morente, Homenaje a Enrique Morente ha querido recoger temas famosos del cantaor como La Estrella o Yo poeta decadente  intentando llevar a cabo la fusión, que según cuentan los protagonistas, hubiese querido don Enrique.

El disco, con algunos tintes religiosos, según cuenta Antonio Arias, líder del grupo Lagartija Nick, en una entrevista al periódico La Razón,  no tiene el sentido de adoctrinar, sino más bien de envolver al oyente en un ambiente místico y cercano al pensamiento del mismísimo San Juan de la Cruz. Es más, lo considera totalmente laico y apartado del entorno religioso o católico.

Producido por Martin "Youth" Glover, productor de exíto de grupos como Depeche Mode y bajista del grupo Killing Joke, el álbum ha alcanzado para ellos unas cotas que resultaban casi imprevistas sin la impresionante figura del artista creador. Su misticidad, catalogada por Arias y por Erik (batería de Lagartija Nick) como una "misa sónica" han hecho de un proyecto un trabajo digno de tesis y de ejemplos notables de fusión musical. No obstante, la facción ortodoxa de la ideología es una parte de ésta con la que es imposible tropezar. En ese supuesto caso, y como dicen Los Evangelistas, grupo producido entre Los Planetas y Lagartija Nick por y para la creación de este album tributo, "al menos disfrutaremos de lo que hemos creado".

El disco se puede comprar en Fnac. Para más información, pinche aquí.


domingo, 11 de marzo de 2012

Una voz que acepta reproches

Ayer no fue un día cualquiera. En los días catalogados como cualquiera pasas las horas del susodicho día tirado en un sofá, con una bebida cualquiera en mano, leyendo tweets estúpidos y pasando páginas llenas de tonterías. Tampoco fue un domingo cualquiera. Los domingos cualquiera los pasas además de tirado en el sofá, viendo el fútbol y comiendo pipas a más no poder. Hasta que una cáscara se te atraviese y tengas que ir a la cocina a por un vaso de agua. Entonces, te tienes que levantar del sofá y conviertes a tu domingo cualquiera en un domingo especial. Lo elevas. Lo evolucionas. Le das vida.


Sin embargo, y como decía, ayer no fue un día cualquiera. Era domingo. Pero tampoco era un domingo cualquiera. Es verdad que tener la mala suerte de llamarte 11 y de apellidarte con la letra M no acompaña mucho a convertirte en uno más del grupito de los 365, pero por otra parte, ayuda a que todos los ojos se te claven en ti y que te den, en mayor o menor medida, una importancia relevante. Te valoran, te relacionan e incluso hacen una especie de retroalimentación sobre tu espíritu. Un espíritu que se empañaría de negro a partir de esa cita que tuviste con el año 2004.


Todo comenzó cuando, ayer por la tarde me dirigía en tren, en cercanías, junto a la vía de las explosiones, junto al lugar de los hechos, hacia la estación de Sol. Algún que otro escalofrío y que otro vello de punta me describía, sin casi vivirlo en directo, cada una de las escenas dantescas que en esa estación de Atocha se dieron lugar hace ya ocho años. No obstante, y sin eliminar emociones y empíricas realidades; la intrahistoria me hace mella y el conocimiento de la verdad, como intento de periodista, es algo que por naturaleza me atrae.

Los informes del comité de investigación convocados por los partidos parlamentarios están ahí. Están registrados en la página del Congreso de los Diputados y se trata de documentos analizados exhaustivamente y contrastados por fuentes. ¿Por qué se cortó le cortó al comité de investigación, en gobierno del PSOE, que siguiese informando de las distintas pruebas que concluían una colaboración de ETA con Al-Qaeda? ¿Por qué se negaba de la relación de etarras con árabes en las cárceles cuando verdaderamente existía? ¿Por qué, esa semana, en el País Vasco, ETA comenzó a difundir octavillas en las que se decía a los vascos que no cogiesen el tren? Y ahora, con los datos difundidos actualmente. ¿Por qué se desmanteló un tren tan rápido cuando en accidentes ferroviarios anteriores se tardaron en desmantelar los trenes más de un año? ¿Acaso ya se habían investigado todas las pruebas? ¿Y por qué al desmantelarlo, según testimonios, existía cabello entre el amasijo de hierros?

Existen demasiadas lagunas para el atentado con mayor números muertos perpetrado en Europa hasta ese día. La duda ofende cuando existe y aquí, cuando se lleva por delante a trescientas almas, casi indigna. Todavía me pregunto por qué existe tanta rudeza, por qué tanta hostilidad frente a este tema cuando nos encontramos ante una democracia consolidada y en un sistema que es considerado como viable. Ya casi es inevitable afirmar que no existe un debate público en un tema mediado por la censura . Una censura basada en limitar la libertad de expresión y limitar la relevancia del 11-M dentro de los medios. (Y luego dicen que no se alimenta al maniqueísmo).

Por último tengo que  decir que ya sé que es muy fácil al posicionarte en cierta postura u otra que te cataloguen como de los de azul o de los de rojo, pero yo no busco nada de eso. Busco una realidad justa. Una verdad que no atienda a maquiavelismos. Una verdad que por el simple hecho de serla y  que sin adjetivaciones tienda a la justicia.




lunes, 5 de marzo de 2012

Vistiendo de verde y oro, como cualquiera

Hablamos, comemos, dormimos, amamos, andamos, protestamos, estudiamos, leemos, saludamos, despreciamos, alabamos...así como miles de verbos que indican una cierta acción y una cierta consecuencia. El hombre, por sí, se mueve. Una función inquieta que dentro de lo que cabe aceptamos, que nunca o casi nunca, apreciamos y que, como todo, tiene un determinado origen. 

Hoy, de forma súbita y documentada, me atrevo a decir que conozco uno de los pilares por los que el hombre, se mueve y hace que todos los verbos que antes he citado sean posibles y puedan tener una existencia justificada en el uso dentro de la RAE. Todo se resume en un solo sustantivo: morbo.

Este jueves, tras un hipervínculo, me encontré con una noticia que se convirtió en el detonante de todas las sospechas que tenía encima de este sustantivo. El domingo día cuatro de marzo, Juan José Padilla iba a ponerse delante de un toro por primera vez después de que en Zaragoza, en octubre del pasado año, otro morlaco se llevase en la punta de su pitón la visión de su ojo izquierdo.

En teoría, una noticia como esta no debería ir más allá de los reconocimientos de superación o de valentía hacia un sujeto que sinceramente, en escasos meses, le ha plantado cara a un oficio por el que siente pasión y por el que literalmente muere. Sin embargo, las fronteras de lo alabable en los medios no existen. Si existe un móvil que pueda mover masas basándose en criterios emotivos y puramente estéticos, exprímelo hasta que el toro de Padilla (o el mismo Padilla, si cabe por duro que parezca) derrame su última gota. ¡Qué no caigan los debates, qué se revolucionen los informativos! A falta de héroes contemporáneos, vamos a crear los nuestros. 
(Véase ésto)

Lo comercial es lo que vende y si se tienen conocimientos de sociología mejor que mejor. 

Seamos honestos, seamos fieles a la verdadera función de nuestro ser: la vocación. El periodista no debería acabar en la polémica, en el sensacionalismo. Si hemos elegido esta profesión es porque, al igual que el torero que se enfrenta a un par de pitones que pueden sacarte un ojo, el profesional vocacional no se acobarda, no se amilana ante las situaciones. El profesional vocacional se ha educado en querer a su profesión y en conseguir el más difícil todavía, en matar por un simple reportaje que solo tiene el objetivo de informar.

Quitémonos estereotipos, quitémonos antifaces. Cojamos la noticia de Padilla y, como críticos, leámosla de arriba a abajo y hagamos de ella una nueva síntesis. Una síntesis que incita a un inevitable paralelismo y que destruye el hecho noticioso en su totalidad. Simplemente, Padilla, al igual que multitud de personas anónimas en este país y dejando de un lado ideologías y polémicas, es una de esos individuos a los que le da igual que su trabajo les de un revolcón. Porque lo aman. Porque han creído en la vocación.



miércoles, 29 de febrero de 2012

Proyecto de columna con verdades imprecisas

Como en una macabra historia, se abre el telón y aparece un señor barbudo que sujeta una pancarta. De su pulsera cuelga un Rolex. Viste con camisa Emiddio Tucci y su americana está valorada en 500€. Detrás de nuestro personaje, una enaltecida población grita y demanda medidas alternativas para reducir un 25% de desempleo. Él, por su parte, sabe que cuando termine esa agotadora jornada, llegará a casa y se encontrará con una copiosa cena y con una sirvienta masajeándole los pies. Mañana será otro día.

Breve historia digna de algunas de las animalizadas fábulas de Samaniego, para nuestro pesar, corresponde a la cruda realidad sindical española. UGT y CC.OO se han convertido en las empresas más grandes del territorio español y se han dedicado principalmente a la producción de la falacia. Empresas como la Generalitat Valenciana o el Instituto Noos  les han aplaudido y les han dado la bienvenida a un sector cada vez más prolífico: el de la financiación fraudulenta y el de la especulación.

Según datos oficiales, las adoradas cerditas chupópteras de la mamá Estado se han tragado más de 500 millones de euros en subvenciones europeas y españolas destinadas “supuestamente” a crear empleo y  fomentar la formación profesional. Sin embargo, los hechos ahí están.  El sindicalismo nacional se ha convertido en un actor que maneja los hilos de un títere llamado trabajo y de las conformidades y disconformidades de éste. Paradójicamente, sus manifestaciones y movilizaciones, donde el mayor gasto es la compra de bocinas y carteles, son el “duro azote” hacia el gobierno. ¿Y el resto del dinero, donde está? ¿Los cursos formativos? ¿El empleo? Tenemos que estar orgullosos: estamos pagando impuestos para vestir y  bañar en oro a nuestros incansables defensores obreros.

Los sindicatos, organizaciones supuestamente apolíticas y defensoras acérrimas del trabajador, se constituyeron fundamentalmente para salvaguardar los derechos fundamentales de  éste último. Sin embargo, en los últimos años España se ha empeñado en romper con esta definición y los dos sindicatos mayoritarios del Estado se han propuesto invertir el orden. Parece que las declaraciones del tecnócrata Mario Monti han calado y eso de estar tantos años en el gremio ya les aburre un poco.

- Ser proletario cuesta, mi monedero está vacío y mi barriga necesita aumentar más y más. Pero no importa, mis compañeros me ayudarán (Véanse UE, Subvenciones y afiliados) – diría nuestro bonachón Cándido.

Pese a todo, nos tapamos las bocas, nos ponemos un velo de alquitrán en los ojos y no queremos ver más allá de lo visible. El despido se ha refugiado en el regazo de la empresa privada y la empresa privada se ha encariñado con éste, mimándolo. BBVA ya predice los números del paro a finales de 2012, los sitúa en torno a los 6.000.000 de parados y aún nos consolamos y echamos toda la culpa a la omnipotente palabra comodín: crisis. La desesperanza de innovar y de emprender ya casi es un hecho.  Mi palabra  y la de muchos más ya están ahí. Solo queda esperar.

Darme por ahí.

Romper una letra, escribirla. Mirar alrededor y sólo tener tiempo para eso. Que llueva tras los cristales, que truenen mis entrañas; da igual, voy a seguir en mis quince.
Desaparece todo, me quedo yo y mi ego. Sólo sé que existo y mientras exista la tinta correrá, manchará el papel e intentará transcribir símbolos de una lengua extraña que nada más que el conoce el hombre.
Los dedos tiritan. Mis ojos se cierran. De pronto, ráfagas de hielo verde y azul hacen que tiemble de temor ante algo que olvidé. Las memorias de mi consciente quedan aparcadas en el fondo del salón y bajo el iceberg, surgen extrañas sombras que rememoran a los fantasmas del pasado.
Que en muchas ocasiones piense en escribir pero escriba sin pensar no justifica para nada que lo que diga no me pertenezca o que sólo sean simples ambigüedades inconexas. Es mío y por el hecho de serlo ya debe ser valorado. ¿Por qué? Simplemente, porque soy humano y porque sin eso sería nada más que hueso, carne y pellejo.

lunes, 9 de enero de 2012

Montañas de basura

Éxtasis en conciencias llenas de nada y de sal. Tampoco te encontrarás más. La excepción es la única regla por la que merece la pena luchar.
Ahora, mientras divago, solamente me encuentro cadáveres en las cunetas, farolas que iluminan a cuerpos inertes con blancas cuencas. La cabeza me estalla, me rebota diciendo que no habrá más, que los límites se quedaron en el horizonte, que ya no soy yo. Quizás sea el ansia, la búsqueda de conciencias que nunca fueron mías, de anhelos que acarician quimeras, de agua que cae y congela.
Ayer no había más existencia que un tú que quería ser yo, de egocentrismo que quería escapar, de caracoles que se escapaban por mis fosas nasales. Mi vida se quedaba en muerte, la muerte, en mandíbulas abiertas, en mortajas de blanco hedor, de blanca cal, de blanca camisa.
Mañana, el poderoso yo intentará escapar por una boca cosida a base de los fuertes cordones de mis botas, por orejas que tan sólo escuchan a los latidos de un encogido corazón. Las vocales mantendrán su significante, el significado, cambiará en su totalidad. El tú vuelve a ser un yo recíproco. El placer, aún nuestro.